domingo, 5 de junio de 2016

Tener y no tener.

Hace tiempo que no dedico algunas líneas para hablar sobre cine. Quizá el tiempo no me permite deslizar las letras y sus acciones por los habitáculos de la escena. Pero éste, impasible y cruel, no puede servirse de las férreas tramas de la excusa, a pesar de su agotadora vida. Mezclar la literatura con el cine es sucumbir a los férreos aromas de una fórmula cargada de belleza, siempre y cuando autor y director sepan maridar con éxito la genialidad de ambas artes. Bajo mi punto de vista, esta mezcla alcanza notables registros en el archiconocido filme “Tener y no tener” de Howard Hawks, aclamado por la crítica como uno de los directores más importantes del cine clásico, a pesar de contar entre sus cerca de 50 películas, con títulos muy queridos por el público en general como “Río Bravo”, “El Dorado” o “Los caballeros las prefieren rubias”. El esquema argumental de la película es simple aunque este hecho no disminuye ni un ápice su hondura poética y la complejidad social y política que envuelve el escenario en el que se desarrolla. Como todos sabéis, la novela pertenece a Ernest Hemingway, y ésta vio la luz en 1937, mientras su autor deambulaba por el Madrid de la Guerra Civil Española apoyando la causa republicana. A pesar de que las críticas al libro no fueron favorables, “To have and have not” alcanzó los 25.000 ejemplares de venta, hecho destacado por la revista “Times”. “Podría hacer una buena película de tu peor novela, por ejemplo, de “Tener y no tener”, dijo Hawks a Hemingway bromeando con las duras críticas que recibió la novela. Hemingway se mostró reacio al principio, pero la necesidad económica le llevó a aceptar la propuesta del director. Si algo tenía claro Howard Hawks, desde que se interesó por llevar la novela a la gran pantalla, era que el actor protagonista sería Humphrey Bogart y la actriz principal Ann Sheridan, pero el azar quiso que una desconocida y flacucha Lauren Bacall llamase la atención del director y se decantase, finalmente, por ella: ¡Gran acierto! La película se estrenó en Nueva York a finales de 1944 y tardíamente en España, en 1976. Sin lugar a dudas, su sencillez y su desbordante sensualidad, hacen que sea una de mis títulos favoritos.