La trama, que como viene siendo habitual, no os voy a desvelar, es, bajo mi punto de vista, el necesario decorado para profundizar en la naturaleza humana: los hombres y las mujeres somos capaces de albergar el odio extremo y la nobleza de los afectos.
Es la condición humana, en colectividad, lo que se desmenuza en este magnifico metraje que, con gran sutileza, deja pocas opciones a la libre interpretación del espectador.
Las casualidades dan paso a una propuesta causal de principio a fin.
"La caza" plantea una cuestión que nos define como sociedad racional y, por ende, prejuiciosa, moralista, encadenada...
¿Somos capaces de olvidar? ¿Y de perdonar?
Una buena propuesta para la tarde de domingo.