Leyendo algunas noticias, de forma desordenada, se me ha venido a la cabeza un hecho histórico que siempre llamó poderosamente mi atención. Catalina de Aragón, hija de los poderosos Reyes Católicos y casada en segundas nupcias con Enrique VIII de Inglaterra, se convirtió casi en un problema de Estado para el caprichoso y poco renacentista Rey Inglés: tenía que deshacer su matrimonio sin descontentar en demasía al Emperador y sobrino de ésta, Carlos I de España. Para ello, sometió a Juicio ( creo que el primero de la historia a una reinante, que me corrijan los expertos si me equivoco) a su esposa, la Reina Consorte de Inglaterra, argumentando que se casó engañado; que no llegó virgen al matrimonio; que se rompía, por tanto, el obligado cumplimiento de la Reina, según la interpretación de los textos bíblicos. Aparte de lo que supuso este hecho para el rumbo histórico de Inglaterra, la propia acción del Rey, solo evidenció el talento innato de Catalina de Aragón para la estrategia política: Lejos de caer en la maraña generada por el Tudor, acudió a juicio y delante de todos los presentes, pidió al mismísimo Rey de Inglaterra "piedad, justicia y verdad",generando un enorme revuelo en la Gran Sala y evidenciando las verdaderas razones que motivaban su petición de nulidad matrimonial.
Y después de esta parrafada, ya no recuerdo qué ha podido generar en mí este recuerdo histórico...
Imagino que alguna estrategia con efecto boomerang que habré leído por ahí.
